Vive

Encendí la computadora con el ánimo de no dejar que muera marzo sin dejarles un post en el blog. Pasaron casi tres horas y apenas empiezo este post. Mi correo me pedía a gritos que liberará espacio de la nube y resulta quela  tenía llena de fotos, archivos almacenados desde 2014. Sólo quién ha revisado sus carpetas de fotos y videos, sabe todo lo que uno se puede encontrar aquí en siete años de almacenamiento de recuerdos, de momentos que tiempo atrás significaron algo para mí. 

Para mi cumpleaños #31 mi pareja me regaló una crisálida y la liberamos el 9 de marzo. Cuando abrimos la caja en la que nació el día anterior, "Abi" como la bauticé no quería dejar su refugio. Tuve que lograr que subiera a mi mano para que saliera de la caja. Esto claro me permitió capturar varias fotos antes de que volara un poco, pero como era un día gris, porque estábamos en "Invierno" tuve que ayudarla a quedarse en la hoja de un árbol mientras hacía fotosíntesis y ella sola volaba. 

Gracias a lo vivido con la mariposa entendí muchas situaciones vividas, entendí la situación de algunas amigas y conocidas. ¿Qué culpa tiene Abi de nacer en una caja? ¿Qué culpa tiene de haber pasado más de seis horas allí porque llovía el día que nació? NINGUNA. Sé que para muchos el hecho de comprar crisálidas es antinatural y demás, pero me gusta pensar que gracias a ello más mariposas como Abi logran completar su fase de vida. Igual pasa con las personas, a veces nos quedamos en un sitio, nos quedamos con alguien, porque ese algo es nuestro sitio seguro. Tiempo atrás en un post les hablé de las personas que hacíamos nuestro puerto seguro, y en este escenario es exactamente lo mismo. 

Muchas amigas están en un circulo vicioso con sus relaciones, porque tristemente es lo único que conocen, muchas de ellas se quedan porque tienen hijos en común, porque han sido su pareja de toda la vida, otros se quedan porque ¿Qué van a decir los demás si se divorcian o terminan la relación? Estamos en pleno siglo XXl y a la gente le importa tanto el que dirán que prefieren quedarse donde no son felices a enfrentar la realidad. A animarse realmente a vivir su vida. 

Por muchos años yo hice parte de ese grupo de personas, pero simplemente un día dije NO MÁS, y aquí me tienen, soy una mujer independiente, soy una mujer libre, soy una mujer feliz. Y no me malentiendan, ya aclaré que tengo pareja, sí, hace casi 3 meses acepté darme una oportunidad en el amor, y mi relación es de las cosas más bonitas que me dejó el 2020. Espero que al menos una vez en su vida, alguien los mire como mi pareja me mira a mí. Porque a través de sus ojos siento que sigo siendo yo, y que me quiere tal y como yo soy, con todo lo que ello conlleva y eso señores, eso, es de esas cosas que todos deberíamos sentir en una relación. Sobre mi relación les contaré después porque de ahí hay tela que cortar, porque tiene que ver con esas cosas que una vez me negué por el miedo al que dirán. 

Si están aquí y leen mis letras, solo quiero decirles que no, no están solos ni solas. Que todas las situaciones tienen solución, a veces necesitamos un hombro donde llorar o alguien con quien hablar, si lo necesitan aquí estoy, aunque no lo crean, se me da bien escuchar y dar consejos. Anímense a ser ustedes, tomen las riendas de su vida, decidan vivir por y para ustedes y recuerden que lo único importante es ser felices el instante que nos dure esta vida. 

Como siempre les digo, gracias por SER y ESTAR. 

Con cariño,

Eve.